miércoles, 30 de junio de 2010

Poder, Mercado y Tecnología del Parentesco Contemporáneo

María Eugenia Olavarría. Poder, Mercado y Tecnología del Parentesco
Contemporáneo en: Revista de Antropología Experimental nº 8, 2008. Pág. 235-244.
Universidad de Jaén (España).

El objetivo del trabajo señala la autora es el discutir algunos aspectos del parentesco contemporáneo en el contexto de las sociedades individualizadas, ella se pregunta sobre la valides de las teorías antropológicas del parentesco (filiación, alianza y residencia) ocupan aún el lugar protagónico que alguna vez tuvieron en el discurso antropológico? ¿Cuáles son los procesos sociales que han llevado a visualizar de una manera distinta este ámbito de estudio clásico?.

La autora dice que estudios sociológicos realizados en la década de los 50’s, en Inglaterra, demostraban aún, la importancia de los lazos de parentesco para las familias urbanas, sin embargo esas redes de parentesco ya no existen, es decir en forma de sistemas bien delimitados, lo que se tiene ahora son grupos de familiares dispersos, individuos, se ha perdido esa función de referencia que constituía el parentesco, y en la actualidad se le podría comparar con otras estructuras como son los grupos de amigos, las fraternidades, los clubes de recreación, que vienen cumpliendo con una función identitaria entre sus miembros, lo importante es que hay una unidad social básica de funcionamiento, el parentesco que es reconocido legítimamente.

De acuerdo a la autora: dos factores han sido los más determinantes en el replanteamiento del parentesco actual, uno es que las sociedades occidentales “han tenido que echar mano del herramental teórico con que la antropología cuenta desde hace más de un siglo para entender las relaciones entre los sexos, las generaciones y los grupos. En segundo lugar, el reconocimiento a fines de los ochentas en el sentido de que, sexualidad, género y parentesco forman un único tema de estudio: el que se refiere a la institución de la reproducción humana. Institución que se ha visto invadida por la tecnología de mercado y la biomedicina”.(pág. 236)

La autora retoma los aportes de Godelier en lo que respecta a su concepto de traducción del orden social por el cuerpo, proceso que tiene que ver con lo que él llama la doble metamorfosis. Para Godelier, las relaciones de parentesco, son relaciones personales y entre generaciones, que pasan de individuo a individuo y de generación en generación, se transmiten riquezas, recursos que son, a su vez, las condiciones materiales y sociales de existencia. Esta transmisión del patrimonio está regida por leyes de herencia y sucesión determinadas por el género y el orden de nacimiento, es decir son reglas de parentesco, por tanto no son las mismas cosas las que pasarán de generación en generación, de sexo en sexo (Godelier, 1997:20).

También cita a Bourdieu (1998) que dice que la construcción simbólica del cuerpo, no se reduce a una operación estrictamente performativa de “nominación” sino que se trata de un proyecto social que tiene lugar sobre el cuerpo en sí mismo, de una transformación profunda y durable del cuerpo socialmente diferenciado: la hexis corporal. Otra idea de Bourdieu, es que “el parentesco configura una auténtica economía política de la reproducción en el que las mujeres, sujetas al aparato médico y jurídico, se convierten en agentes pasivos de la reproducción".

El cuerpo de la mujer, cobra una importancia, en todo esto también influyó el creciente movimiento feminista y las exigencias de los derechos sexuales de diferente grupos.

Desde la década de los sesenta, hasta llegar a los noventas, en Europa, Estados Unidos, y también en México, se discute los cambios en los matrimonios, en los ámbitos civil, jurídico y religioso, sobre el incremento de familias mono y homoparentales (parejas de gays y lesbianas), el uso comercial de nuevas tecnologías reproductivas para garantizar al hijo biólogico, en contraparte al resto de culturas estudiadas en donde la carencia de un hijo biológico se sustituye mediante la adopción.

Se puede decir, que el uso de nuevas técnicas de reproducción, no representa una mejor condición para las mujeres en cuanto a la posibilidad de tener autonomía reproductiva, al contrario, con estas nuevas técnicas se pretende “dejar bien claro quien o quienes controlan los cuerpos de las mujeres, ya que sobre ellos se monta la institución social que denota la materia prima a todas las demás; la que se encarga de la reproducción humana, esto es, el parentesco” (Olavarría, 2008: 239).

Lo que demuestra en muchos contextos es la constante manipulación que hay sobre el cuerpo, y lo que se trata con este tipo de tecnologías es poner remedio a la infertilidad de paternalidad de unos mediante la fertilidad de otros.

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